domingo, 13 de diciembre de 2015

Esto...

Y, de repente, un día cualquiera, conoces a alguien que, sin darte cuenta y sin quererlo, te hace sonreír. Y que, además, llega a comprenderte mejor que cualquier persona cercana.
Sientes conocerlo de toda la vida, aunque nunca lo hayas visto, es como si fuese un motivo que te ha perseguido al mismo tiempo que estuviste huyendo, tratando de encontrar una razón por la cual valiera la pena luchar.
La encuentras. Estaba en un lugar sin esperanza, en un lugar inhabitable. Poco a poco va haciendo un hueco en tu vida. Finalmente, lo hace.
Abarcó la mayor parte de tu tiempo y de tus pensamientos. Echó raíces en lugares donde nadie más había estado, en esa parte donde te tocabas a diario y sentías un vacío enorme. Ahora ese vacío está lleno de vida. Y te preguntas: ¿Cómo una persona que conocí por casualidad se convirtió en la persona que había buscado toda mi vida?
Y es ahí, justo en ese momento cuando empiezas a creer en la magia. 


https://twitter.com/MsjsBuenos/status/591301346055299073

sábado, 5 de diciembre de 2015

Al compàs

Escrita en catalán y traducida al castellano.

Comença la música.
Una balada. Trista, lenta, romàntica.
Ell m'agafa de la cintura i clava els seus preciosos ulls mel en els meus.
Sonen dolços acords, com una pluja delicada de sucre.
Començam a donar els primers passos, les primeres voltes.
Acarono la seva galta vermella, mentre ell, amb les seves, en aquells moments, tremoloses mans, recorre tot el meu cos.
El trepitjo (ballar mai ha estat el meu fort) però no pareix importar-li massa, i, amb una rialla burleta, les nostres cares s'apropen. A poc a poc. Intensament. Els seus carnosos llavis a pocs centímetres dels meus fins que...
Acaba la música.

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Comienza la música.
Una balada. Triste, lenta, romántica.
Él me coge de la cintura i clava sus preciosos ojos miel en los mios.
Suenan dulces acordes, como una lluvia delicada de azúcar.
Comenzamos a dar los primeros pasos, las primeres vueltas.
Acarício su mejilla roja, mientras él, con sus, en aquellos momentos, temblorosas manos, recorre todo mi cuerpo.
Le piso (bailar nunca ha sido mi fuerte) pero no parece importarle demasiado y, con una sonrisa burlona, nuestras caras se acercan. Poco a poco. Intensamente. Sus carnosos labios a pocos centímetros de los mios hasta que...
Acaba la música.



                                                                                                   Maria Victory Cirer