viernes, 17 de julio de 2015

Te extraño...


Echo de menos tu risa, clara como los lagos donde nos bañábamos.
Echo de menos tus dedos, que buscaban los míos y no siempre los encontraban.
Echo de menos tu cabello, tan salvaje e indomable como tú.
Echo de menos tus caricias, las suaves y las que no lo eran tanto.
Echo de menos tus ojos, los más inmensos, y verme reflejada en ellos.

Añoro tu tacto, como el del agua en primavera y la nieve en invierno.
Añoro tu sonrisa y la explosión que causaba en mi interior
Añoro tu voz cantando, riendo, llorando...
Añoro tus manos y como se deslizaban por las teclas del piano y por mi pecho.
Añoro tus labios pronunciando mi nombre, tus labios en silencio, tus labios.


Extraño tus sueños, y ahora sueño contigo.
Extraño la duda en tus ojos y la calma en la que se tornaba cuando nos mirábamos.
Extraño tu entusiasmo, tu inspiración y tu creatividad, porque eras como el arte.
Extraño el mar infinito de tu piel, donde nos perdíamos buscando un horizonte.
Extraño tu olor, a bosque y a sal y a seguridad.

Y siento, siento que no lo supe apreciar bastante.

Y dicen que el tiempo lo cura todo, pero, ¿y si lo que necesito curar es el paso del tiempo?
Andrea Moldes

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