martes, 7 de julio de 2015

Cada latido, compás compartido

Escucho cada golpe, e intento ponerle nombre. Un nombre diferente, un nombre distinto. Mi guitarra lanza un grito, y yo lo cojo al vuelo. Vuelvo a descifrarlo, pero siempre es el mismo. No es el suyo, no es el mío, de pronto clama por otro. Sabía que esto pasaría, ya no seríamos más ella y yo, ahora vendría otra, a desafinar con nuevas notas, mi eterna melancolía (perdón, melodía). Notas de cabello brillante y ojos profundos. Voz arpegiada, desgraciada (perdón, desorientada).
Me disculpo, yo quería estar con ella, con su cuerpo de madera, acariciando cada cuerda, hasta perder la cordura. Pero ya hay otra, ella ha desatado mi locura. La veo hasta en las sombras, las sombras de mis pensamientos, que como una mala marea, siempre me arrastran a ella.
Ahora mis compases no son tuyos, me he dado cuenta.
Escribo para otra, ya no es todo para ti.
Y aunque ella no lo aprecia (lo sé, tu sí),
ahora mis compases son suyos, que haga con ellos lo que quiera.


Omar García (Galicia)
Cada latido, compás compartido (Por Omar)

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