sábado, 25 de julio de 2015

"Oblivion"

-¿Dónde estoy...?
-No tiene localización física, sólo la que tú puedas o quieras darle.
-¿Quién eres?
-Tampoco soy alguien como tal. Soy yo, soy tu, soy quien quieras que sea.
-Vale, ¿qué hago aquí?
-Solo llega hasta aquí la gente que tiene que llegar aquí. Cometiste un grave error y yo estoy aquí para reconducirte.
-¿Un error?¿Qué error?
-Amar a quien no debías amar.
-¿Se puede castigar por eso?
-Así es. Sin embargo deduzco por tu mirada que no sabes lo que te va a ocurrir.
-Pues no, ni siquiera me acuerdo de mi nombre...
-Estás aquí porque amaste al único ser prohibido para los humanos y descubriste su verdadera identidad.
-Antes de condenarme... ¿Podrías explicármelo? Todo, desde el principio.
-Naturalmente. Fuiste un hombre de carácter neutral que estuvo en el momento equivocado en el sitio equivocado y conoció al ser equivocado. Por tanto serás condenado, ya que no podemos permitirle a ese ser ni un simple despiste o distracción. Además eres mortal. Serás castigado con la pena eterna del fuego y la ira. No fuiste un hombre malo pero tampoco bueno, así que podemos mortificarte enviándote al inframundo para el resto de la eternidad. Allí se te aplicará el castigo y se te informará de tu cargo en las puertas del fuego.

-Amé...
Ahora empiezo a recordar...
Era de noche...
Una laguna...
Un destello blanco y...
Oh, no. Ella era la muer...
-La ineludible. La Muda, La Cierta, La Triste, La Pálida... Tiene muchos nombres, todos conseguidos por algo, pero sobre todo se la conoce como La Llorona. Llamarla "La Muerte" es ofenderla, pues la muerte en sí es el fin de la vida, y ella por mucho que lo represente en historia y en acciones, cada vez que es llamada así una espina es clavada en su alma.
-Pues que me disculpe pero... No llegué a amarla, aun pensando que era un ángel... (Creo)
-Ella es un ángel. Se podría decir el último de su clase. Por eso le fué concebida la guadaña y la túnica blanca, aunque muchos se la imaginen negra.
-El concepto de la muerte entre los mortales es... Erróneo entonces... Ella es hermosa, aún siendo su expresión triste y reflejando amargura. Lleva la túnica resplandeciente y unas alas increíblemente grandes. Si me lo hubiera dicho...
-Hubiera sido castigada igual que tu. No le está permitido hablar con mortales. Y ya lo incumplió contigo. Si hubiera hablado mas de la cuenta...
-Es una sombra de lo que un día fué.
-Al igual que tu. Tu nuevo nombre será Axael. Prestarás tus servicios al demonio mayor nada mas llegar o pagarás el doble de tu condena. No podrás volver a contactar con ella y eso pesará sobre ti. Ahora márchate, y que algún Dios se apiade de tu alma, crix. 

No recuerdo mucho más. Pensé que escribirlo sería una buena idea ya que cada vez recuerdo menos y olvido más. Pronto no sabré por qué me condenaron y seré uno más por aquí. Un tiempo después de llegar aquí me explicaron que "crix" significaba "gris".
Ni blanco ni negro. Ni vivo ni muerto. Ni verdadero bien ni verdadero mal. Eso depende de como me veas.
Me llamo Axael. El demonio. El Crix.
Quien fue castigado por amar al Ángel Triste.


José J. Granados (Madrid)

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