martes, 24 de noviembre de 2015

MÍRATE, MÍRAME.

Sales de noche, cómo no, a salvarte. Vas al revés: por las mañanas te auto-destruyes y por las noches vas en busca de algún intento de salvación.
¿Qué voy a decirte? Si ya no te quieres ni ver mientras te sonríen o te sonrío. No me llores, que sangro. O llórame muy lento, creo que puedo soportar el dolor. Agárrame fuerte cuando te abrace, y mientras me rompo, tú también te rompes. Creo que ninguna noche te había visto tan insalvable, pequeño.
Pero tú a pesar de no querer de no querer verte, yo te volvía y te volvía a ver pasar,
como quien tiene adicción a algo, a ti por ejemplo















Maider (La Rioja).

No hay comentarios:

Publicar un comentario