lunes, 15 de agosto de 2016

Nuestra luminiscencia

Eres la pesadilla que se muerde la cola en todas mis noches a solas - BEJO, Entre tenerme y entretenerte




Ojalá brote de tu llanto un dolor
frío, carcomido,
-como tu corazón manoseado
y vendido a mi infierno
tras haber destrozado mi confianza-
y no puedas insultarlo como poema.

Quise buscar en tus ojos
algunas piedras o algún resto de amor,
¿y sabes qué?
ya habías almorzado,
y las estrellas, de repente,
estaban llorando por mis flores
sobre tu epitafio.

Ahora apretarás los dientes,
quiero pensar que de rabia,
y te morderás la lengua
mientras yo misma me armaré
una religión,
donde bailar
encima de tu tumba
será el único mandamiento.

Tu tupido pelaje
el cuál trenzaba con versos de poesía
se convertirá en ceniza
enterrada

junto a tu recuerdo.

Lobo mudo,
no me llores.
No me aúlles tus palabras de melancolía,
no ahora, que ya sé
que sólo soy un foco nocturno
al que miras cuando no sabes qué hacer.



No hay comentarios:

Publicar un comentario